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Geología
GEODINÁMICA INTERNA
Seísmos - 1ª parte
os movimientos rápidos y bruscos de las fallas y fracturas en el interior de la corteza terrestre, se transmiten a grandes distancias del subsuelo como ondas elásticas, y se manifiestan constantemente en la superficie en forma de trepidaciones, generalmente imperceptibles pero ocasionalmente perceptibles con mayor o menor intensidad.
Intensidad de los seísmos
Cuando los movimientos sísmicos son pequeños e imperceptibles (los denominados microsismos), solo pueden ser detectados y registrados mediante aparatos muy sensibles (sismógrafos).
Los movimientos sísmicos imperceptibles, solo pueden ser detectados y registrados mediante unos aparatos muy sensibles denominados sismógrafos
Sin embargo, cuando las trepidaciones alcanzan determinado nivel de intensidad, se manifiestan sobre la corteza de forma perceptible como seísmos o terremotos, es decir, sacudidas bruscas y repetitivas que pueden llegar a causar efectos catastróficos. Se denominan macrosismos a los seísmos de intensidad media, suficiente como para causar daños a los enseres y estructurales a las viviendas; y megasismos a los seísmos de gran intensidad, cuya violencia es capaz de arruinar las edificaciones de poblaciones enteras y generar numerosas víctimas.
Tipos de seísmos
Según el origen de los seísmos éstos se clasifican en tres grandes tipos: volcánicos, tectónicos y de hundimiento.
A pesar de la llamativa actividad de los volcanes, su influencia en la generación de movimientos sísmicos (seísmos volcánicos) es menor. Se producen durante las grandes erupciones volcánicas y apenas representan el 10% de todos los seísmos.
Los seísmos volcánicos apenas representan el 10% de todos los tipos de seísmos
En su mayor parte, los seísmos son de naturaleza tectónica (seísmos tectónicos), y pueden deberse a causas diversas, como los epirogénicos, que se dan en regiones tectónicamente estables pero sometidas a movimientos de elevación o descenso; o los orogénicos, relacionados con los fenómenos de plegamiento y fractura de la corteza terrestre (pliegues y fallas).
Algunos seísmos, los llamados locales, tienen un ámbito geográfico muy reducido, y su origen se debe, generalmente, a vibraciones que se transmiten por hundimientos en la corteza (seísmos de hundimiento), ejemplo de galerías de minas, deslizamientos de tierras sobre capas arcillosas, u otros fenómenos como las disoluciones de estratos yesíferos, que provocan la ruptura y hundimiento de las cavidades presentes en estos macizos.